Se trata de vallas infranqueables, que además al ser transparentes casan mejor con la estética del lugar

En verano, los calurosos días pueden llegar ser realmente bochornosos. Sin embargo, aquellos que disfruten de una piscina doméstica anhelan sin duda que llegue ese terrible calor, para poder refrescarse en sus magníficas piscinas y pasar la tarde con su familia en un ambiente refrescante y divertido.

Para evitar sustos y accidentes, la mayoría de usuarios de piscinas domésticas instalan una valla de protección alrededor de la misma, para dificultar el acceso de niños o animales.

Por desgracia, todos sabemos que en la naturaleza de los niños (y del ser humano en general) está la curiosidad y la capacidad para vencer obstáculos. Así que no es de extrañar que consigan sortear las vallas o colarse por sus resquicios.

La solución para ello son las vallas de piscina sin agujeros. Se trata de una valla formada por bases, a menudo de polietileno de alta densidad que cuentan con una pantalla transparente.

Una vez instaladas en la disposición necesaria, estas se enlazan y se llenan de agua, de forma que terminan resultando realmente pesadas y formando una valla de piscina sin agujeros, una auténtica pantalla que rodea la piscina y en la que no podemos encontrar ningún espacio por el que sortearla.

Este tipo de valla, además, es más respetuosa con la decoración del jardín, ya que al ser transparente en sus pantallas, no rompe la estética del lugar.

Su versatilidad es mayor a la de otro tipo de vallas, ya que se trata de una valla que se puede poner y quitar después de ser utilizadas, siendo por tanto un comodín magnífico para aquellos usuarios que no quieren instalar una protección de obra.